Waterworld (1995)

Kevin Reynolds, Director de "Waterworld", y Kevin Costner (su actor fetiche) mantienen una relación muy intima y personal desde "Robin Hood, Príncipe de los ladrones" (horrible adaptación de las aventuras del noble sajón Robin de Locksey). Por lo visto, las largas horas de rodaje de Constner enfundado en esos leotardos verdes tan ajustaditos hicieron perder la cabeza del joven Reynolds que no dejaba de pensar en él como protagonista de sus futuras superproducciones. Muchas de ellas, gracias al cielo, no vieron la luz (otro remake de "Tarzán" o de "Simbad el marino" por ejemplo ), pero lamentablemente, Waterworld si se rodó y fue un jodido desastre a todos los niveles.

Se trata de gigantesco Water cinematográfico, donde se amularon durante meses cantidades inhumanas de mierda a las que solo mantenía a flote un simpático Dennis Hopper. Nada pudo evitar que alguien tirase de la cadena y se fuese todo a una oscura fosa séptica de la que nunca debería salir.

La historia del ser, mitad hombre mitad salmonete, que salva a la chica, encuentra el tesoro y reparte hostias como panes no consiguió convencer a la crítica, ni al público... ni siquiera a la madre de Costner, quien avergonzada borró a su hijo del testamento familiar. En taquilla no recuperó ni de lejos la inversión realizada (no en vano fue la película más cara de la historia hasta esa fecha), los productores fueron azotados en público y la Universal tuvo que sacar un comunicado aludiendo locura transitoria para justificar el desastre.

Dos malos tragos para este despliegue de medios acuáticos cuyo único mérito es ser un film diurético y caótico. Abstenerse en caso de incontinencia urinaria.