
El argumento es complejo; Un tipo que levanta palmo y medio del suelo, es un gran agente secreto (de hecho no le hace falta caracterizarse porque rara vez llegan a verle ahí abajo). Siempre que hay que realizar un curro de esos que llamaríamos de mierda, pues en vez de llamar a 007 que es todo glamour y elegancia, llaman a Ethan Hunt que es más de aquí, del barrio.
Las misiones realmente son muy absurdas, pero como llevan la etiqueta de "imposibles"" pues hay que realizarlas siguiendo unas pautas establecidas por la agencia; que si usamos caretos de silicona, que si me meto el pinganillo en la oreja, que si mira como salto por la ventana cuando el edificio explota, que si mira mama lo que hago con la moto... y así todo el rato hasta que mata al malo y consigue el microchip (que nadie sabe para que cojones vale, pero siempre hay un microchip).
Las escenas son tan impresionantes que te perduran en la memoria durante...yo que se, ¡10 minutos! (ahí, exagerando), y suelen ralentizarlas para que el público pueda tragar saliva y tener grandes erecciones. Las coreografías de los combates cuerpo a cuerpo tienen un aire entre la lucha libre mejicana y el lago de los cisnes, pero con una estética más moderna.
La película es mala, muy mala. No hay rastro de lo que antaño era una gran serie de televisión, y no aporta nada nuevo que podamos rescatar ni resaltar. De hecho, hasta la banda sonora me ha dejado mal sabor de boca.. esto ya no hay quien lo arregle, pero lo peor del caso, es que habrá más secuelas de esta saga y no tiene pinta de que vayan a aprender de los errores. Solo puedo mostrar mi desilusión y frustación con dos palabras, que a la vez espero sirvan de sincero homenaje; ¡Malditos Bastardos!
No hay comentarios:
Publicar un comentario