El planeta de los simios (2001)

Tim Burton, genio y figura de una generación carente de toda cultura cinematográfica, ha conseguido a través de sus películas consagrarse como un magnífico director y guionista. Gran parte de su filmografía supera ampliamente las expectativas que en su día generaron e incluso se han convertido en cintas de culto. Hoy estamos aquí para hablar de la excepción que confirma la regla...

Es tan desagradable asistir al espectáculo visual que propone el señor Burton en "El planeta de los simios", que por momentos deseas que uno de esos chimpancés utilice tu culo de tetera con tal de no tener que ver el resto de la película. Ruidosa y ridícula por igual, cuenta con la participación estelar del actor secundario mejor pagado de Holywood, Mark Wahlberg, quien una vez mas nos deleita con una interpretación pastosa, insulsa y extremadamente cansina. Durante gran parte de las escenas de acción, es necesario prestar atención para no confundirle con uno de los simios, lo cual añade un factor de dificultad que resulta, a lo menos, curioso.

El guión, destinado en su día a acabar como papel de culo en una gasolinera de la estepa rusa, se cae a pedazos y no respeta ni los valores esenciales de la cinta original de Shaffner en el 68. Si Charlton Heston levantara la cabeza, menuda ensalada de hostias que íbamos a ver. La abundancia de efectos digitales y la caracterización de los simios trataron de servir como reclamo y justificación para un largometraje pésimo, que no consiguió recaudar en taquilla ni la mitad de lo que invirtieron en logopedas para su protagonista.

Cuatro Malos Tragos para esta película desquiciante y depresiva. Aconsejamos seriamente no verla, y en caso de tener que hacerlo, consultar previamente con un psicoanalista.

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